El proyecto buscó transformar completamente el área verde ubicada en pleno centro de Santiago – en medio de las Torres de San Borja, a sólo pasos del Centro Cultural Gabriela Mistral, del Barrio Lastarria y de Plaza Italia- en un espacio artístico abierto con más de 200 obras del destacado escultor nacional Mario Irarrázabal.  El creador de “Hombre emergiendo a la vida” de Punta del Este y “La Mano del Desierto” de Antofagasta, entregaría parte importante de su trabajo al Municipio de Santiago a través de un convenio suscrito con la Fundación Piedra Viva.

Este es un Museo de Mario Irarrázabal y la idea es reconocer en los elementos de arquitectura la vida del autor. Se propuso la apertura de nuevos accesos peatonales, el potenciamiento del tema de la vegetación y los recorridos. A eso se sumaría un pabellón enterrado para obras más pequeñas y que generaría en su planta superior un espejo de agua con una cafetería.

Este proyecto consideró un aumento de un 20% de la masa arbórea, para lo que se instalarían nuevos ejemplares sin eliminar los árboles existentes.  Algunos serian reubicados y sólo se retirarían los que se encontrasen en condiciones de salud deficiente y que presentasen un riesgo para el entorno. Además, se disminuyeron las áreas de cemento o maicillo para aumentar las áreas de césped e introducir nuevos atractivos como una cafetería, baños públicos, el museo subterráneo y las esculturas al aire libre que permitirían que los niños jueguen en ellas, debido a que esa es una de las principales ideas del escultor, que su trabajo sea parte del paisaje y sea patrimonio de quienes viven y vistan el Parque San Borja.